jueves, 26 de junio de 2008

DESTRUYENDO AL MAL

DESTRUYENDO AL MAL
LOS PERSONEROS
Alfredo Palacios, brillante abogado, a quien le fuera rechazada su tesis doctoral titulada La Miseria y quien colocó en la chapa que estaba en la puerta de su despacho “El doctor Alfredo Lorenzo Palacios atiende gratis a los pobres”, se transformó en 1904, a los 23 años, en el primer socialista legislador electo de América.
Es el autor de las Leyes laborales que dignificaron al obrero y la de los Derechos de la mujer, los que defendió junto a Alicia Moreau de Justo. Además, fue docente de las Universidades de Buenos Aires y La Plata e impulsor de la reforma universitaria de 1918.
Palacios comenzó a interpretar la realidad a través de los Evangelios que le leía su madre, sabía de memoria el de San Lucas.
Así, conoció palabras como igualdad, justicia, opresión y liberación, y decidió que trabajaría para realizar el pensamiento de Jesús.
En un principio, creyó encontrar el camino en los círculos católicos de obreros, aunque pronto, comenzó a sentir que su discurso era inconveniente en ámbitos clericales pero coherente con las ideas socialistas que llegaban a nuestro país con los inmigrantes.
De un escrito suyo de 1903, he extraído este impertinente resumen, ya que, por su extensión, es imposible publicarlo en forma completa en este artículo:
El catolicismo, eterno aliado de los déspotas y por ende enemigo eterno de los pueblos a los cuales había mantenido siempre sometidos bajo su formidable autoridad, advierte en los instantes de su agonía que su muerte será la consecuencia lógica y fatal del asalto del pueblo que llega proclamando su soberanía, sancionada ya por la ciencia, y entonces quiere transigir, pero el despotismo y la libertad, las tinieblas y la luz no pueden abrazarse sino para destruirse, por lo que catolicismo y pueblo que proclama derechos es lo mismo que despotismo y libertad, tinieblas y luz.
No es posible mirar sino como la resultante de su decrepitud, sus declaraciones con las que pretende reconciliarse con la Democracia, cuando ella observa una organización que implica una monarquía absoluta y cuando todas sus manifestaciones están basadas en esa forma de gobierno que ya pertenece al pasado.
Esta es una verdadera sociedad a cuyo frente se encuentra un hombre que se dice infalible y por lo tanto omnisciente, en quien reside la soberanía que por el hecho de ser emanada de Dios es superior a todas las demás soberanías que le están subordinadas.
El gobierno del catolicismo, como vemos, se caracteriza por una centralización completa y absoluta; tiene a su frente un autócrata en quien reside toda la soberanía, encargada de guiar a los pueblos como rebaño, pues se cree con derecho al gobierno espiritual y temporal del mundo.
Esta pretensión absurda del Sumo Pontífice es la demostración palmaria de que las doctrinas que preconiza son perfectamente opuestas a la democracia o sea el gobierno de todos. La soberanía de que se cree revestido el jefe del catolicismo es la negación de las soberanías populares.
En la Encíclica Quanta Cura y el Syllabus, obras del infalible Pio IX (1864, en ellas censura la libertad religiosa y la separación Iglesia y Estado), se encuentra la vergüenza del catolicismo, se pone de manifiesto que esta es la negación de la Democracia.
La declaración de derechos del Hombre, consignaba que el principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación y que ningún cuerpo ni ningún individuo pueden ejercer autoridad que no emane de ella expresamente.
En la Encíclica, obra de los déspotas, condena la civilización moderna y declara "que es opinión perniciosa e insana creer: que todo hombre tiene derecho a la libertad de conciencia y de culto y que este derecho en un país bien gobernado debe ser proclamado y apoyado por la ley.” Leyes obviamente dictadas por la influencia católica en su relación absoluta y regente de todo estado.
Jesús, el Gran revolucionario, surgió de entre las miserias del pueblo y se presentó en las sociedades reclamando los derechos de los pobres; Jesús es nuestro y nos lo han robado; fue un rebelde y doctrina para los desheredados, para los expoliados en contra de los que vivían del privilegio y la holganza
, con su doctrina se esgrimieron las armas contra la sociedad romana, enemiga del pueblo y sostenedora del absolutismo de los Césares. Los pobres contra los ricos, los de abajo contra los de arriba, la plebe contra el patriciado romano, esa fue la lucha sostenida en los comienzos del cristianismo, lucha durante la cual los nobles del Imperio arrojaron millones de cristianos en los circos para ser devorados por las fieras.
Pero ¿hay algo de común entre los primitivos cristianos y los actuales sectarios del catolicismo? Nada absolutamente; los primeros proclamaban derechos y luchaban contra sus conculcadores; los segundos, siervos, se someten a las decisiones del catolicismo que restringe día a día el círculo de los derechos populares en ventaja de las clases que gobiernan; los primeros sostenían una democracia, los segundos sostienen una oligarquía.
¿Cómo se produjo una transformación tan radical? Cuando la sociedad cristiana se extendió, aparecieron jerarquías y con ellas la centralización que borró los atributos republicanos del primer núcleo para marchar en línea recta al absolutismo. Por otra parte, en tiempo de Constantino, dos causas concurrieron a la corrupción del cristianismo, primero las necesidades políticas de la nueva dinastía y segundo, la política adoptada por la nueva religión para asegurar su desarrollo.
El catolicismo no puede hermanarse con el pueblo porque es la aliada de las clases que viven del privilegio y estos son los eternos enemigos del pueblo.
Pero la prueba más evidente de la mistificación de la Iglesia está en la circular pasada el año pasado por el Cardenal Rampolla a los obispos, donde prohíbe terminantemente las polémicas y controversias sobre democracia cristiana. Tienen miedo y con razón.
Ha llegado el momento de decir al hombre que se cree representante de Dios sobre la tierra, lo que pensó sin atreverse a decirlo, Pedro Froment, aquel admirable sacerdote creado por el genio de Zola que tanto ansiaba el retorno del catolicismo al cristianismo primitivo: "¿No podéis abandonar el trono y marcharos por los caminos con los humildes y con los pobres? -¡Pues bien!- todo está concluido con Vos, con vuestro Vaticano y vuestro San Pedro. Todo se bambolea bajo el asalto del pueblo que sufre y de la ciencia que se engrandece. Aquí no hay más que escombros".
Tolstoy, el gran Tolstoy, el venerable amigo de los pobres, contestando la excomunión del consejo Sinodal de la Iglesia Ortodoxa, dijo las siguientes palabras que deben repetirse: "Cristo arrojó del Templo, bueyes, carneros y negociantes y si volviera ahora, y viere lo que en su nombre y en su Iglesia se hace, con mayor y más legítima ira tiraría en montón corporales y banderas, cruces y copas, cirios e iconos".
Dr. Alfredo Lorenzo Palacios, 1903, un año antes de ser electo diputado por la Ciudad de Buenos Aires.

INTERESES INCONFESABLES
¡Como me hubiese gustado hablar con don Alfredo! ¡En cuánto coincidimos!
Mi papá lo hizo y, como buen joven socialista, don Alberto Oscar que era del año 20, compartió conmigo charlas y enseñanzas de este hombre quien, junto a Yrigoyen y Perón, es considerado uno de los políticos insignes del siglo XX.
Tal como su relato apasionado y de verba contundente es la realidad; nada ha cambiado, solo las formas.
En la realidad de los hechos se siguen manejando en las mismas tinieblas, a pesar de estar moribundos. Una encuesta publicada por el diario Perfil, el sábado 7 de Junio de 2008, afirma que desde 1993 al 2007 el catolicismo retrocedió un 16%, y de ese supuesto 93%, solo queda el 71%, lo que daría una feligresía de 27 millones. Sin embargo, los mismos datos aportados por la Embajada del Vaticano en Buenos Aires, admiten que solo el 6% asiste a misa, lo cual nos lleva a interpretar que la membresía es de 1 630 000 personas.
Si se lo compara con los 3 230 000 de evangélicos que asume la misma nota, la realidad es clara:
Los pastores superan a los sacerdotes en un número de 30 a 1.
¿Cuál será el poder de esta institución, que tras este informe, al día siguiente se publicó en dos páginas el álbum fotográfico –benévolo– del cardenal Bergoglio, bajo el título El dialoguista silencioso y en la cual se muestra, en nueve fotografías (todas ellas beneficiosas), su cercanía al poder y a pequeños grupos de gente?
Paralelamente, en Buenos Aires, con la participación de credos de diferentes tendencias se realizaron las Jornadas por la Libertad Religiosa en la sede de la UCA.
Si hay monumento a la desigualdad, son los docks de Puerto Madero, ya que esos tres edificios invaluables les fueron regalados al catolicismo por el Estado argentino.
“¿¡Libertad religiosa!?” ¡Como si estuviéramos en un país gobernado por una tiranía!
La libertad religiosa es uno de los primeros derechos del hombre. Debemos hablar de IGUALDAD RELIGIOSA, pero cuando uno procura hablar de eso, “el dialoguista silencioso” se encarga de hacer el lobby necesario para que los gobiernos desistan de la idea de tratar el tema.
En Setiembre de 2001 –época en la cual ningún grupo político tenía la menor convocatoria– la Iglesia evangélica reunió 450 mil personas en la Avda. 9 de Julio. La multitud iba desde el Obelisco hasta la calle Venezuela en todo su ancho y en una columna compacta. Me tocó el honor de ser uno de los oradores, fue increíble. El tema: la discriminación religiosa.
Aunque no lo creas, la noticia de semejante acto no salió en ningún periódico. Un cronista de La Nación presente, me preguntó: ¿Porqué esto no sale en ningún lado publicado? Mi respuesta no se dejó esperar: Preguntale a tu Jefe de Redacción…
Poderes silenciosos manejan medios de comunicación que convencen a la gente, porque pareciera que lo que no pasa por los medios y, mucho más hoy en día por la TV, no sucede.
Quizás por eso, el arzobispo de La Plata, Carlos Aguer, puede seguir opinando. En 2003, se hizo cargo de la Caución Juratoria y comprometió $1 000 000 de las arcas eclesiásticas para que Francisco Javier Trusso –ex asesor financiero del Vaticano desde 1992 hasta 1997 y ex presidente del BCP (Banco de Crédito Provincial), pagara su fianza. Aguer retiró a Trusso, personalmente, del presidio en una lujosa 4x4 BMW X5; el asesor se encontraba recluido por los delitos de asociación ilícita y estafa: 64 millones de pesos otorgados en 20 985 créditos a personas que nunca los solicitaron ni los recibieron, falsificación de saldos de tarjetas de crédito por 16 millones y desvíos al exterior por 100 millones. Total de la estafa comprobada: 180 millones.
Su padre, Francisco Eduardo Trusso, había sido Embajador ante el Vaticano, casualmente, entre 1992 y 1997…
¿Para quien fue ese dinero? ¿En que quedó esa causa?
Mucho hay por hablar del Doctorado Honoris Causa de la USAL (Universidad del Salvador, jesuita, orden a la que pertenece el cardenal Jorge Bergoglio) a Emilio Eduardo Masera en noviembre de 1977, cuando –como fue probado en el juicio al sacerdote Christian Von Wernick– Bergoglio entregaba datos a los familiares de desaparecidos que lo consultaban, y que solo manejaba el sacerdote condenado por genocidio.
Cabe recordar que el rector de la USAL era Francisco Cacho Piñón, quien recibió esa envestidura de manos del hoy cardenal, en 1974.
Poca memoria, mucho silencio, extremado poder y nada de conciencia.
Es triste ver cómo infiltran gobiernos comunales, provinciales, oposición y entidades sociales. Manejan medios de comunicación y los hilos de la dirigencia, logran divergencias sin que nadie lo advierta, convencen y persuaden para generar un caos que solo a ellos benefician y a aquellos con quienes tienen causas comunes. Desde 1930 hasta la fecha, destruyeron al pueblo sin piedad, complotados en pactos oscuros.
Entre tanto, el pueblo argentino, entre ellos miles de evangélicos, seguimos siendo discriminados.
Como si fuera una burla, sostenemos con nuestros impuestos al clero y a la institución “Católica Apostólica Romana”.

EL MAL
En Alemania, en los inicios del siglo XX y durante una conferencia con nutrida presencia, un profesor de la Universidad de Berlín propuso un desafío a sus alumnos, considerando para él mismo, la siguiente pregunta: ¿Todo fue hecho por Dios?
Un alumno respondió valientemente: “Sí, Él creó”; entonces, el profesor nuevamente preguntó: “¿Dios realmente creó todo lo que existe?”, a lo que el joven volvió a responder: “Sí, señor”.
El profesor acotó: “Si Dios creó todo lo que existe, entonces Dios hizo el mal, ya que el mal existe y, al asumir que nuestras obras son reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo”.
El joven se sentó sin tener respuesta frente a la afirmación tan categórica del maestro, quien feliz, se regocijaba, al considerar que había probado, una vez más, que la fe era un mito.
Otro estudiante levantó la mano y pidió hacerle una pregunta al profesor y ante la afirmativa dijo: “¿El frío existe?”, el maestro le respondió: “Lógico, ¿o acaso nunca sentiste frío?”.
El muchacho realizó la siguiente explicación: “En realidad, señor, el frió no existe; según las leyes de la Física, lo que consideramos frío, en verdad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía; es el calor lo que hace que este cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total del calor, todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Nosotros creamos esa definición para descubrir de qué manera nos sentimos cuando no tenemos calor”.
Luego el estudiante preguntó: “¿Existe la oscuridad?”, respondió el profesor: “Existe”.
El estudiante agregó: “La oscuridad tampoco existe. La oscuridad, es en realidad la ausencia de luz; la luz la podemos estudiar, en cambio la oscuridad, no; a través del prisma de Nichols, se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de ondas, la oscuridad, no. ¿Cómo se puede saber qué tan oscuro está un espacio determinado? En base a la cantidad de luz presente en el espacio. La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz”.
Finalmente, el joven preguntó: “¿El mal existe?”, por lo cual el profesor respondió: “Como afirmé, vemos estupros, crímenes y violencia en todo el mundo. Esas cosas son del mal”.
La respuesta del estudiante fue: “El mal no existe, o al menos no existe en sí mismo; el mal es simplemente la ausencia del bien y de conformidad con los anteriores casos, el mal es una definición que el hombre inventó para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos. Es igual a lo que ocurre con el frío cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz”.
El joven fue aplaudido de pié y el maestro, moviendo la cabeza, permaneció en silencio; en ese instante, el director del Universidad que se encontraba presenciando al acto, dirigiéndose al joven estudiante le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?”.
El brillante alumno respondió: “Me llamo Albert Einstein”.

NUESTRO PODER, SER DIFERENTES
Queda en nuestras manos la transformación de la realidad, la destrucción con nuestros hechos antagónicos de esa cultura que, por dicieocho siglos, ha dominado y dañado a la humanidad en forma sistemática y sínica, esa que con una sonrisa y un gesto benevolente te mandaban a la hoguera o te exponían a las picanas del pozo de Banfield.
Como lo predijera don Alfredo Palacios y los números lo demuestran de manera implacable, aquella Palabra del Evangelio de Mateo 21: 43 y 44, se está cumpliendo.
Es hora de evaluar nuestros actos y seguir siempre fieles a la cultura, a los principios y a las formas de Jesús, aunque como en esta nota tengamos que trenzar el látigo y exponer la verdad.
“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”. San Mateo 21:44.

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